AL IMPERIO CHINO, CON CARIÑO

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Humberto Vacaflor Ganam

El imperio chino no tiene nada que reprochar a su colonia boliviana, tan obediente y servil, a cambio de no se sabe qué.

La empresa china a cargo de las obras del Sillar ha cobrado la totalidad del monto convenido pero las obras se están derrumbando en este momento.

A pesar de eso, el presidente Luis Arce asistió a su primera reunión en el Mercosur, ahora con Bolivia como país asociado, y lo primero que hizo fue hablar como sirviente del imperio chino.

No le dio vergüenza decir que la primera propuesta de Bolivia consistía en usar un chantaje contra la Unión Europea para llegar a un acuerdo de libre comercio.

Los socios del Mercosur habían estado más de dos décadas esperando llegar al acuerdo con los europeos y no se les había ocurrido usar el chantaje como arma.

¡Qué idea tan brillante! A los socios del Mercosur no se les había ocurrido decir a los europeos que, si no se dan prisa en llegar a un acuerdo, lo harían con China.

Los representantes de los otros países no atinaron a decir nada. Quedaron estupefactos. Y quizá les pareció que dar un golpe bajo a los europeos alejaría para siempre la posibilidad del acuerdo.

Arce no había llevado una idea para resolver las diferencias entre los dos bloques de países, diferencias que él probablemente ignora, pero sacó de la galera la idea, que a él le pareció genial, de usar un chantaje.

Una idea que quizá refleja el estilo que se aplica en el MAS para resolver diferencias entre los diferentes sectores.

Algo así como decirle al cocalero Morales que, si no acepta convocar a un nuevo congreso del MAS, los sabuesos de la lucha contra las drogas se propondrán descubrir la mayor cantidad posible de fábricas de cocaína en el Chapare, cerca de su casa.

O que, desde el otro lado, el cocalero responda a este debate sobre el congreso de Lauka Ñ ordenando que sus grupos armados asalten nuevas tierras y lleguen a causar muertes.

Ese estilo solapado, ladino, taimado, es el que se usa en las disputas internas del MAS, pero quizá sea bueno advertir al presidente Arce que en política externa y en geopolítica, debe renunciar a usar esa clase de armas innobles.

De donde surge la pregunta de cómo se puede explicar a un masista que el honor, la decencia, la moral, la ética, todavía tienen espacio en el comportamiento de las personas.

Que los debates no pueden consistir solamente en que el uno acuse al otro de narco y éste responda diciendo que el primero es corrupto, ambos mostrando pruebas de lo que dicen.

No, señores masistas, no es obligatorio ser deshonesto, amoral ni delincuente. Esito nomás tendrían que entender.

Siglo21bolivia.com

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