Recuerdos del presente
Amigos terroristas
Humberto Vacaflor Ganam
El gobierno de Bolivia, suponiendo que existiera, ha decidido no responder a las denuncias sobre sus conexiones con el terrorismo, que se conocen al ritmo de una por semana.
El Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica reveló que en Bolivia operan 71 ONG de Irán conectadas con actividades de lavado de narco-dólares y terrorismo.
Una de ellas desembolsa en Bolivia 7,7 millones de dólares cada año, dice el informe, aunque aclara que se trata de lavado de dinero y de un fondo para financiar actividades del terrorismo.
Ni una sola respuesta de parte de la facción masista a cargo del gobierno de Bolivia desde las dudosas elecciones de 2020. No se ha dado por aludido ni el frente boliviano ni el de los musulmanes.
Y ahora es la ministra de Justicia de Argentina, Patricia Bullrich, quien ratifica sus conocidas denuncias sobre la presencia de terroristas de Hezbollah en Bolivia.
Lo dijo en la Conferencia Política de Acción Conservadora que se realizó en Washington.
En su criterio, los acuerdos políticos suscritos entre Bolivia e Irán representan una amenaza para Argentina, que sufrió en 1994 un atentado criminal que sería responsabilidad del régimen iraní. Murieron 85 personas, ocho de ellas bolivianas.
Dijo que esa amenaza está del otro lado de la frontera con Bolivia e hizo alusión precisa a los convenios de los masistas con que dirigen la teocracia iraní.
En Argentina hay investigaciones y procesos legales para castigar a los peronistas de la línea K responsables de los acuerdos con los grupos terroristas de Irán.
Habrá que saber cuáles son los vínculos del gobierno masista con los terroristas, no solamente de origen iraní, sino de los que operan incluso en países vecinos.
Lo que se sabe es que el masismo apoya a los terroristas mapuches que están incendiando Chile, respalda a los seguidores de Pedro Castillo en Perú, es aliado del régimen terrorista de Nicaragua y del de Venezuela, además de los dirigentes cubanos que han instalado en esa isla un régimen feudal que, curiosamente, se dice comunista.
Los masistas no se han pronunciado sobre el secuestro de un militar venezolano desertor del régimen chavista ocurrido en Chile.
Los ataques de los mapuches y los incendios criminales que se dan en ese país muestran que hay una orden de destruir al país que estaba mostrando los mejores resultados de la aplicación del liberalismo en la región.
Estos hechos hacen que el presidente chileno, el socialista Gabriel Boric, comience a dudar de sus principios ideológicos y sospeche que los atentados contra Chile provienen de una corriente transnacional que actúa en la región.
Así, no parece extraño que ahora, casualmente, cuando en Paraguay se presenta muy buenos resultados económicos, surge una inexplicable guerrilla.
La transnacional del crimen organizado está muy activa en la región.
Siglo21bolivia.com