Gas por gotero a Brasil

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Humberto Vacaflor Ganam

Los funcionarios de YPFB anuncian, con bombos y platillos, un contrato para exportar a Brasil 133.000 metros cúbicos de gas por día. Y esperan que se los aplauda.

Deberían saber que el gasoducto que ahora llevará ese volumen de gas tiene capacidad para 30 millones de metros cúbicos por día.

Según Álvaro Ríos, el volumen comprometido a la empresa MTG de Brasil equivale al gas que consume la fábrica de cemento de Viacha, y provocará un ingreso de entre 12 y 24 millones de dólares al año.

Y para eso se convoca al presidente Luis Arce, para hacer el anuncio al público, jugando con las cifras, y con la ingenuidad de los incautos.

El problema es que son muchos los incautos, como la diputada masista que pide sancionar a Estados Unidos por haber inventado el coronavirus o el ántrax.

Para comparar el volumen que ahora se exportará a Brasil, da vergüenza recordar que las ventas de gas ruso a Europa son pos 135.000 MILLONES de pies cúbicos por día, unos 565 millones de metros cúbicos.

Es difícil hacer el cálculo, pero en valor calórico, las garrafas con GLP que salen por el Desaguadero a Perú en carretillas, que de retorno traen verduras, quizá sean equiparables o superen la “exportación” a Brasil por gasoducto.

La mala noticia que me da Álvaro es que la rusa Gazprom también se está yendo de Bolivia. Está dejando vacías sus oficinas en Santa Cruz después de haber ayudado al cocalero Morales a decir, en la campaña electoral del fraude de 2019, que estaba a punto de encontrar fabulosos yacimientos de gas.

Es probable que la Gazprom pueda alquilar sus oficinas a la empresa rusa que venga a hacerse cargo de las “tierras raras” con que el gobierno boliviano podría pagar al gobierno de Vladimir Putín por las vacunas, esas que llegan tarde, mal o nunca.

Todo esto justificaría un mea culpa de parte del MAS, de su jefe, o jefe depuesto, o excaudillo, y de su exministro, o jefe en ejercicio, o por serlo, sobre lo que hicieron entre 2006 y 2019 para engañar al país.

Hablaban de la “nacionalización”, que nunca lo fue, y sólo llegó a ser un cambio de contratos. La que se hizo en 1937 fue una nacionalización de veras: el 13 de marzo de ese año la Standard Oil se fue del país y luego, en otra nacionalización de veras, el 17 de octubre de 1969 se fue la Gulf Oil.

El gas que se vende ahora a Brasil es apenas un suspiro.

Siglo21bolivia.com

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