Mentiras «for export»

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Humberto Vacaflor Ganam

Es algo humillante para un funcionario boliviano tener que explicar a un funcionario brasileño que Bolivia no puede enviar el volumen de gas natural acordado.

Y menos todavía si se trata del gas natural adeudado. Un gas por el que Brasil pagó con anticipación, y que solamente espera que se le entregue en los plazos acordados.

Lo que no aceptan los países, ya sea que hablen idiomas serios o dialectos del gallego, es que se le engañe y que se le quiera dar gato por liebre. Si han pagado por gas natural quieren que se les entregue gas natural, no otras cosas y menos todavía mentiras.

Van mas de 20 años que Brasil espera recibir gas natural boliviano en cumplimiento de antiguos acuerdos, que van hasta los de Roboré, firmados hace cerca de un siglo.

Brasil ha estado esperando que Bolivia le ofrezca gas natural pero ha aclarado siempre que no quiere comprar mentiras.

Acaba de finalizar un acuerdo de veinte años por el cual ambos países se comprometieron a comprar el uno y vender el otro volúmenes precisos de gas natural.

Las mentiras que el gobierno boliviano del MAS estuvo difundiendo no sirven para este negocio. Nadie compra mentiras. Es un producto sin mercado. El comprador, en este caso, corre el riesgo de ser o parecer ingenuo, e incluso peor que eso.

Aquí hay el agravante de que dos países vecinos, tan vecinos como Bolivia y Brasil, se pongan a negociar y que uno de ellos, de pronto, quiera estafar al otro. Es cierto: Brasil tiene otros once países vecinos, pero sus gobernantes no quieren aparecer como los responsables de acuerdos que no se cumplen.

En el vecindario no se han dado casos de países que han ofrecido algo que no han cumplido. En los acuerdos se va el honor de cada país.

El gas natural adeudado debe ser entregado de todos modos. Cada vez que el contrato fijaba algunos volúmenes que Bolivia no podía cumplir o Brasil no podía recibir, el activaba el mecanismo del “take or pay”.

Tomas o pagas. Y ahora Bolivia debe entregar volúmenes que equivalen a 12 millones de metros 3/d. De eso ningún gobierno boliviano, ni siquiera el masista, podría librarse.

Para atender ese compromiso, las mentiras de anterior gobierno no sirven para nada. El problema es que se pueden aplicar multas.

Lo mejor será elegir mejor a los gobernantes del futuro.

Siglo21bolivia.com

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