LAS DERROTAS DEL M.A.S.

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Humberto Vacaflor Ganam

En el curso de una semana, la OEA (35 países) y la Unión Europea (27 países) ratificaron su condena al fraude electoral de 2019. Además, la Corte Interamericana de Derechos Humanos confirmo, como todos lo sospechábamos, que la reelección indefinida no es un “derecho humano”.

El pronunciamiento de la OEA fue lapidario, porque definió aquel fraude como una “vergüenza hemisférica”, porque había superado, en sinvergüenzura y descaro, a todas las formas de fraude que la organización había conocido actuando como observadora en la región.

De lo que resulta que el MAS sólo tiene fallos favorables de parte de sus empleados, como ser el TCP, el Fiscal Juan Lanchipa, además de la cuadrilla de fiscales y jueces que le ayudan a aplicar el plan de venganza despiadada castigando a quienes osaron ocupar cargos públicos tras la fuga cobarde del cocalero Morales y su vice.

Se trata de una dictadura manejada por un expresidente, algo muy raro en el mundo entero. Es un dictador, el cocalero Morales, que opera desde las sombras, desde su cato en coca, decidiendo todo lo que debe hacer el títere que ha puesto en la presidencia del país.

Algo parecido se da en Argentina, pero en ese caso quien maneja los hilos de la marioneta es la vicepresidente, una señora que obliga a su muñeco a decir estupideces para que la gente sepa quién es quién allí. A veces, el muñeco exagera en el grado de la estupidez y en la frecuencia en que las dice.

En Venezuela la cosa es más grosera, porque el títere actúa obedeciendo a un pajarito, algo que ni siquiera la ficción más imaginativa había concebido jamás. Los ingleses dirían: “such is live in the tropics”.

Debe ser muy duro para el cocalero comprobar que su autoridad de dictador y de ideólogo del poder andino de la coca no ha podido atravesar las fronteras nacionales. En Perú, donde estuvo de visita, las manifestaciones en las puertas del hotel lujoso en que se hospedó fueron muy expresivas y le pedían que se marchara, no a Bolivia, sino a la M. Y en el parlamento peruano se presentó la propuesta de declararlo “persona non grata”.

Dentro de Bolivia, su predominio se concentra en sus empleados. Eso sí, una aclaración: la única institución que se ha atrevido a contradecir al partido de los cocaleros se llama Fuerzas Armadas. Su comandante, el general César Vallejos, dijo en su mensaje del 7 de agosto que la institución ha respetado la CPE y las leyes, con lo que negó que hubiera participado en el “golpe” del que hablan los masistas.

Eso es muy prometedor.

Siglo21bolivia.com

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