Un nuevo derecho humano

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Humberto Vacaflor Ganam

Acaba de nacer, gracias a la muy honorable justicia boliviana, un nuevo derecho humano, también inspirado en el cocalero Evo Morales, como el de la reelección indefinida.

El juez Ramón Castro, juez primero de instrucción en lo penal de La Paz, ha dispuesto que la orden de aprehensión del cocalero por haber ordenado el cerco de las ciudades para que no reciban alimentos, “vulnera sus derechos fundamentales”.

El cocalero está revolucionando la justicia y esta vez incluso sin necesidad de estar presente en Bolivia, sólo por telepatía, ha conseguido que se consagre en las leyes bolivianas que es totalmente legal ordenar que las ciudades se mueran de hambre. No alude a situaciones de dietas masivas que deberían hacer los habitantes de las ciudades, sino simplemente a que la gente no debe recibir alimentos. Los niños tienen que morir de hambre cuando un caudillo como Morales dispone el cerco de las ciudades, porque ese es un derecho “fundamental”.

Es algo que debería aprender la señora Cristina de Kirchner, que en Argentina tiene dificultades para remover a tres jueces que se atrevieron a juzgarla por ladrona. Ella tuvo que llegar al gobierno, mimetizada como vicepresidente de Alberto Fernández, para conseguir que el senado argentino ordene el “traslado” de esos tres jueces, pero no termina de conseguirlo.

En cambio, el cocalero Morales, con solo un chascarrillo, desde Buenos Aires, ha conseguido que la justicia boliviana se postre a sus pies y diga, mediante el juez Castro: “jefazo, todo lo que usted haga es legal, y si no lo fuera, lo hacemos legal”.

Ya sabemos lo que se viene. Otro juez, incluso antes de que se lo pida el cocalero, introducirá en la economía jurídica del país que es totalmente normal y legal el estupro y la pedofilia. Hay que proteger el derecho de los pedófilos a cometer estos hechos. Quizá el fallo, esta vez, diga que las personas mayores pueden someter a los niños y niñas a estas prácticas.

Lo impresionante es la rapidez con que los jueces designados por el MAS retoman sus hábitos y obedecen al pensamiento a los capangas de este partido sólo porque ha ganado una elección. Habían estado portándose de manera decente en los últimos once meses pero ahora, como si tuvieran un chip metido en sus conciencias, se han hecho obedientes. Podrían aprobar y consagrar como legal cualquier comportamiento, si el jefazo así lo deseara.

Luis Arce ha dicho que propondrá que la meritocracia se aplica en la designación de los jueces del futuro. Pero no aclaró si estos “méritos” serán tomados en cuenta en este escalafón.

Siglo21bolivia.com

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