El MAS, un tigre de papel

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Humberto Vacaflor Ganam

Después de mucho meditar, y cuando el virus ha tomado velocidad de crucero en el país, el TSE llevó la fecha de las elecciones del 6/9 al 18/10, dejando a casi todos con sabor a poco.

Menos a los cocaleros. De inmediato, las seis federaciones de cocaleros de Chapare dieron tres días de plazo para que el organismo electoral deje sin efecto esa decisión porque quieren las elecciones de inmediato.

Pero estos furiosos masistas no se muestran muy decididos y dan la impresión de que la protesta es sólo para la platea, porque ni han enviado a sus guerreros a acosar Cochabamba ni han bloqueado Yapacaní, ni nada.

Quizá estén enterados de las pocas posibilidades que tiene el candidato Luis Arce Catacora en las elecciones, como lo reflejan las encuestas, que le dan 24%, muy lejos de la barrera de 40% que necesitaría para ganar en la primera vuelta.

Saben que si el electorado mantuviera las tendencias detectadas por las encuestas, el MAS no tendría una mayoría cómoda en el parlamento, ni siquiera contando con las irregularidades de las circunscripciones y el padrón.

Parece que las trampas sembradas en el sistema electoral no salvarán al partido del cocalero y que él mismo se verá ante un parlamento que, con toda seguridad y con mucho gusto, lo llevará a él y a su entorno a un severo juicio de responsabilidades.

Pero hay otra probable explicación para el poco afán de los cocaleros para protestar. Más de una explicación.

Los cocaleros y sobre todo sus socios, los narcos, están muy felices desde que el caudillo huyó perdiendo los calzoncillos en noviembre, porque ya no tienen que pagar los pesados aportes al “instrumento político”. Sin el caudillo, el instrumento languidece y, para comenzar, no tiene cobradores compulsivos de los aportes.

Otra explicación es que los furiosos masistas tenga la esperanza, o la información precisa, de que el TSE ha decidido no aplicar contra el MAS la dura ley, proscribiéndolo para siempre por el error del candidato.

Quizá esperan que al haber aplazado la fecha de las elecciones solo por 42 días, el TSE está mostrando que lo hizo solo para poder decir que la sanción al MAS no se aplica en vista de que el “proceso electoral” comenzará el 10 de agosto, y que el pecado cometido el 13 de julio no es mortal.

Lo cierto es que el TSE solo ha hecho una demostración tibia de autonomía. Ahora corresponde que deje al MAS sin personería jurídica para siempre.

No debe tenerle miedo. El partido del cocalero prófugo, aparte de sus parlamentarios y sus burócratas que quedaron en la administración púbica, es solamente un tigre de papel.

Siglo21bolivia.com

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