Recuerdos del presente
Un país devaluado
Humberto Vacaflor Ganam
El muy imaginativo gobierno de Luis Arce ha prohibido algunas exportaciones porque, por supuesto, no le gustan los dólares del despreciable imperio, y ahora ha frenado las importaciones, aunque sin habérselo propuesto.
En dos meses, Paraguay ha recibido 400 millones de dólares por las exportaciones de carne, pero el socialista Arce prohíbe esas exportaciones, aunque los contrabandistas se las arreglen para exportarla, incluso enfrentándose con el ejército.
Pero las importaciones de contrabando están frenadas, casi en seco, porque los comerciantes de los países vecinos no aceptan la moneda boliviana, devaulada por la ineptitud del gobierno.
El desprecio de la moneda boliviana en la frontera peruana ha provocado, como efecto secundario, que en la ciudad de El Alto criculen ahora los Soles, más confiables incluso para los bolivanos.
Tan grave es la crisis de la moneda que en esa misma ciudad se han habilitado ferias del trueque, esa práctica de cuando la moneda no se había inventado para facilitar las transacciones.
En la frontera con Argentina, la debilidad de la moneda boliviana causa dificultades también muy grandes, que ahora se suman al virtual cierre de la frontera debido a la presencia de 10.000 soldados argentinos que tienen la orden de detener a civiles para evitar el ingreso de los terroristas de Hezbollah.
En este caso, en el comercio exterior boliviano, el ilegal, es frenado como consecuencia de los compromisos que tlene el MAS con organizaciones terroristas musulmanas.
Se trata de compromisos que en Bolivia no se conocen en detalle porque los acuerdos suscritos están protegidos por la famosa “cláusula de confidencialidad”, que permite a los iraníes llevarse uranio, hacer ejercicios miliitares con el ejército boliviano sin la autorización necesaria del parlamento, regalar canales de Tv a los cocaleros, drones a las FFAA y quien sabe qué otras cosas más.
Algunos de estos detalles fueron mencionados por el almirante Alvin Holsey, comandante del comando sur del ejército de EEUU, ante el senado de ese país, el 1 de abril pasado, pero que, extrañamente, no han recibido ninguna atención de parte del periodismo ni de la “oposición” boliviana.
Nunca habíamos tenido, salvo en las guerras, tantos soldados de un país vecino en la frontera, esta vez sin atravesarla, como ocurre ahora, pero en Bolivia se trata de un tema que no tiene ninguna importancia.
Bueno, parece que ahora estamos comenzando a conocer lo que es vivir en un Estado fallido. Hemos pasado de ser Estado plurinacional a ser un Estado fallido.
¿Es eso un retroceso o un progreso?
Siglo21bolivia.com